NW

viernes, 9 de octubre de 2015

Cap. 1 Rebelión - La leyenda viviente de la ciudad Shinwa.



En la vida, siempre ha habido guerra, destrucción, devastación… Miseria y caos causadas por diferencias entre especies, o por intereses propios, ya sea por defender o atacar, desde la creación del mundo siempre ha habido guerra, al igual que paz. No hay Paz sin Guerra, y no hay Guerra sin Paz.
El Infierno, probablemente la gente no entiende bien su definición, más que un lugar lleno de fuego y rocas y volcanes con lava ardiente o ríos de fuego por ahí con calaveras flotando con personas con alas de murciélago… Pues, no. Es una versión oscura de la tierra misma, en este lugar los pecadores yacen, destinados a pagar aquellos pecados que cometieron y que tienen que purgar sus malos actos en un eterno castigo, sin embargo también abundan almas que decidieron servir al mismo Infierno, seres que vendieron sus almas al mismo… Conectada al mismo Limbo, por eso sus similitudes en apariencia, sin embargo el Limbo solo yacen las almas perdidas que no encontraron paz, conectadas a la tierra, una versión desolada y apagada del mundo terrenal donde sólo están las almas muertas… En el Infierno incluso hay reglas, reglas  que hay que seguir para mantener el orden, ¿Pero qué sucede cuando el Infierno mismo decide poner sus propias reglas?... En una zona no tan profunda del Infierno, cinco sujetos se encontraban enfrente de una enorme bola de fuegos arrodillados, cabizbajos. Dos chicas en la parte de la izquierda, con dos chicos en la parte de la derecha, en el medio el quinto sujeto solo estaba cubierto con una capucha y máscara cubriendo su identidad. Pronto… Una voz del fuego se escuchó.
 -Escuchen, pronto terminaré de formarme por completo, tendré un cuerpo físico de nuevo, han pasado millones de años desde que seguimos estas estúpidas reglas. La hora de cambiarlas llego, el día que por fin termine mi formación, quiero ver que en el Cielo ya no tengan manera de retenerme, así que espero que ustedes, mis sirvientes… No me decepcionen ¿Entendido? -Fue lo que dijo aquella voz a través del fuego.
-Entendido, amo. -Respondieron los cinco. La bola de fuego se apagó al instante, al hacerlo en ese mismo lugar se abrió un portal directo a la tierra, sin decir nada entraron los leales sirvientes para cumplir las órdenes que su maestro ordenó, se mantuvo unos segundos más abierto hasta cerrarse, una vez desaparecido el portal, una figura salió dejando a entender que eran espiados, estaba vestido con una larga túnica con capucha que cubría la mitad de su rostro.
 -Esto es más grave de lo que creía, será mejor que regrese también. -Susurró para sí misma.

- -Ciudad de Shinwa- -
- -20:00 hrs. 4 de Abril 2012- -

La ciudad es Shinwa, una enorme ciudad, con grandes edificios, parques, lugares de entretenimiento, playas, etc... La población de la ciudad era mucha, incluso tenían turismo por todas partes, se podía notar un gran modernismo con toques retos ya que era muy rica en leyendas, tradiciones y culturas, las leyendas de este lugar han sido contadas desde siempre, historias de Ángeles y Demonios combatiendo en batallas feroces, valientes guerreros que daban sus vidas por sus ideales, batallas enigmáticas siguiendo un sinfín de guerras, hasta que un día, después de una feroz batalla, un grupo de ángeles y demonios decidieron hacer una tregua, por desgracia, esta tregua era solo para tomar por la fuerza el Cielo e Infierno, Los Ángeles accedieron a esta tregua por querer una mentira inexistente… Perfección. una perfección que no tenía lugar en el mundo ni tampoco una base genuina, creían que si hacían esto, ellos podrían arreglar los errores de los arcángeles sobre la tierra, o lo que ellos definían como error, entre todos usando magia prohibida, crearon una bestia con poder descomunal para tomar por la fuerza tanto el mismo Infierno como el Cielo, pero esto no funcionó como ellos querían, pues cometieron lo que ellos definirían como un error, la criatura pensaba por cuenta propia, tenía una consciencia dada y se negó a seguir sus órdenes, se rebeló demostrando a todos su gran poder, mató a cada uno sin piedad, sin compasión alguna. Los Arcángeles intervinieron a tiempo, luchando para lograr sellar a la criatura debajo de esta misma ciudad. Esos eran los re latos que los ancianos contaban a los niños, para inspirarlos o entretenerlos en las frías noches cuando se iba la electricidad o sólo para tenerlos ocupados mientras los adultos conversaban, la ciudad nunca creyó en sus propias leyendas, siempre las vio como un simple atractivo turístico, cosa que sabía ganar bien para sus inversión y poder mantener aquella gran ciudad estable.
Aquel portal se volvió a abrir, los cinco sujetos salieron de este justo a las afueras de la ciudad.
-Este es el lugar, ya saben que tienen que hacer, no llamen la atención de forma innecesaria, maten solo al que se cruce en su objetivo. -La persona con capucha que cubría su rosto, habló, su voz parecía ser femenina.
-Cómo digas, de todas formas pensaba hacerlo, es lo divertido de este trabajo. -Le respondió uno de los sujetos mientras masajeaba su muñeca con una sonrisa arrogante.
No hubo respuesta alguna, simplemente siguió su camino dejando a aquellos cuatro quienes solo intercambiaron un par de miradas entre sí, sabían ya lo que tenían que hacer cada uno, despertar a aquella bestia que llevaba durmiendo siglos bajo esta ciudad, con la presencia de un ser como el en la tierra causando caos, el Cielo estaría ocupado intentando atraparlo de nuevo, así tendrían el campo libre para poder cumplir sus verdaderos objetivos.
Cada uno tomo una dirección diferente, para poder romper el sello que lo mantenía durmiendo en un eterno encierro durante tanto tiempo, tenían que destruir 7 sellos creados por cada Arcángel y esparcidos por toda la gran ciudad de Shinwa.


- -Ciudad de Shinwa- -
- -Museo de Antigüedades- -
- -20:15 hrs. 4 de Abril 2012- - 

En el museo, se encontraba muchas cosas referentes a sus leyendas, como también a las obras de arte y piezas históricas o fósiles, sin embargo la mayoría de las personas disfrutaban más de aquellas piezas que tenían que ver con sus leyendas, había una guía turística guiada por una trabajadora del museo, parados enfrente de una enorme marca en la pared de los escombros  de lo que parecía ser una casa antigua situada en el exterior trasero del museo la empleada narraba lo que las historias decían sobre aquella marca, una vez que terminó de narrar la historia dio por terminado el tour dejándolos explorar y tomar fotos, sin embargo antes de irse pudo notar como un sujeto vistiendo una sudadera con capucha, cruzaba sin importancia la línea marcada como límite para los turistas, se acercó molesta debido a su imprudencia.
 -Disculpe señor, pero está pasando más de lo permitido, por favor regrésese o tendré que sacarlo. -La mujer le pidió, sin embargo no hubo respuesta de aquel sujeto.-Por favor no me haga llamar a seguridad. -Volvió a decir, pero de nuevo no hubo respuesta, aquel sujeto solo miraba la marca mientras parecía analizarla.
La mujer molesta lo tomó del brazo dispuesta a sacarlo de ahí, sin embargo la soltó al sentir como su mano se ponía pálida y fría, alzó su mano viendo como poco a poco se congelaba, asustada se alejó mientras sostenía su mano, el sujeto volteo quitándose la capucha dejándose ver, su piel era pálida como la nieve estaba seca con grietas debido a la temperatura de su cuerpo, su cabello era medio y revuelto, color celeste, sus ojos eran amarillos igual de pálidos que su piel, la vio directamente a los ojos sonriendo, ella miraba aterrada sin entender lo que sucedía, el sujeto sin decir nada soplo algo de su aliento hacia la mujer dándole en su cara, la mujer asustada intento gritar en ese momento, pero algo se lo impedía, sentía su garganta seca, sentía como perdía calor en su cuerpo y se congelaba desde dentro sin poder hacer ya casi nada, hasta quedar totalmente congelada.
-Como dije, es lo que me gusta de este trabajo. -Fue lo que dijo con una sonrisa cínica, dio una vuelta completa impulsando una fuerte patada hacia la mujer congelada rompiéndola en pedazos, esto llamo la atención de la gente quienes miraron confundidos lo que acababa de suceder - La diversión apenas inicia, pónganse cómodos, Frostmist, será su nuevo guía. -Dicho esto se quitó la sudadera, con ella ocultaba sus brazos, en realidad no eran brazos en sí, eran capas gruesas de hielo que podía cambiar a la forma que desee, una de estas tomo la forma del filo de una hoz, volteo poniendo el filo sobre el sello empezando a dibujar sobre el un símbolo, pronto comenzó a brillar hasta tornarse oscuro y desaparecer.
Esto causó el miedo de algunas personas mientras otras tomaban videos o fotos, pronto miembros de seguridad  llegaron apuntando con sus armas.
- ¡Quieto! ¡Levanta tus manos! -Dijo uno de los miembros de seguridad.
- Cómo ordenen. -Frostmist alzó sus manos pero solo para disparar estalactitas filosas desde sus manos a cada uno de ellos perforando sus cuellos matándolos.
El pánico ya era evidente entre la gente, corrían aterrados y gritando por ayuda, aunque Frostmist ya había cumplido lo que debía, quería divertirse, por lo que expandió su frio congelando las puertas del museo y los alrededores del exterior trasero donde se encontraban para evitar que más gente se escapará.
- Muy bien, ¿Quién desea seguir el tour? -Dijo mientras acorralaba a aquellos que no lograron escapar asustados gritaban por ayuda, entonces gélido silencio sofoco aquellos gritos.


- -Ciudad de Shinwa- -
- -Playa Emerald Coast- -
- -20:45 hrs. 4 de Abril 2012- -

La playa era un lugar muy visitado en la ciudad, con restaurantes de mariscos e incluso entradas con banquetas, se podía ver un hermoso mar desde la orilla de la playa, a la orilla de la misma playa, había un gran muelle y a los lados grandes casas de playa exóticas, el muelle cubría desde el inicio de la playa cubriendo en adelante 50 metros de largo y 40 de ancho. Tenía postes de luz, pequeños puestos de comida como también algunos restaurantes ya algo más grandes y asientos para pescadores o gente que sólo quería ver la hermosa vista que había hacia el mar.
Pero el sujeto que estaba caminando en ese preciso momento en el muelle, no estaba ahí para alguna de esas cosas, estaba ahí para encontrar otro de los sellos y destruirlos.
Era alto, con un largo cabello recogido hacia atrás, su piel era algo oscura, sus ojos eran opacos de color purpura, vestía una gran bata decorada de algunas calaveras, no tenía mangas por lo que se podían ver sus brazos con venas negras marcadas, también usaba guantes en los cuales habían púas pequeñas en los nudillos.
La gente que estaba en el muelle simplemente lo ignoraban o sé reían, pero el solo seguida caminando hasta detenerse en el centro del muelle, miro a su alrededor cruzándose  de brazos y empezó a hablar para sí mismo.
-Si no me equivoco, justo aquí debe de estar un sello… -Puso una de sus manos en su barbilla aun estando cruzado de brazos mientras miraba hacia su alrededor pensando en que parte podría estar.
- ¡Oye Friki! ¡La convención de autistas está al otro lado de la ciudad! -Gritó un chico quien iba acompañado de otros dos quienes reían.
- ¿Me hablaste a mí? -Preguntó aún sabiendo la respuesta.
- Claro, no veo otro raro con disfraz aquí. -Respondió el mismo sujeto mientras sonreía de forma burlona.
- Me pareces una simple pérdida de tiempo, ¿Acaso los gemidos de tu madre cada noche con un hombre diferente por día te provocan ganas de intentar sentirte superior ante los demás con bromas tan infantiles? -Dijo ahora él, formando una sonrisa burlona.
- ¿¡Qué fue lo que dijiste!? -Gritó causando que la gente alrededor volteara viendo la escena que se había formado.
Satisfecho volteó ignorándolo, él sabía que no podía llamar la atención o perder el tiempo, pero no pude resistir a la idea de provocarlo aunque sea un poco, tenía ganas de jugar con su mente y retorcerla para entonces devorar su alma devastada.
Sin embargo aquel chico estaba molesto, era obvio que ignorarlo sólo lo enojaría más, por lo que intentó golpearlo por detrás de forma inútil ya que esquivó el golpe moviéndose a un lado de forma rápida. Sujetó su brazo, presionó fuerte para hacerlo arrodillarse, quejándose del dolor. Sus dos colegas al ver esto corrieron hacía el intentando intervenir, al notar a ambos tratando de ayudar a su amigo
 - ¡Eh, Kiohoro! ¡Deja de perder el tiempo! -Se escuchó una voz femenina detrás de él, al escucharla Kiohoro se detuvo para voltear a verla.
Era una mujer alta con cabello plateado que llegaba hasta su espalda, tenía una cicatriz en el ojo izquierdo por lo cual lo mantenía cerrado, su otro ojo era de color rojo, su piel era bronceada, y en una de sus manos llevaba un largo látigo con pequeños alfileres a su alrededor. Kiohoro cuestionó a quien lo llamó, dándole la espalda al oficial quien pronto perdió la conciencia.
- En eso estoy por supuesto, los demás también, ya llevamos 6 sellos, pero Frostmist se le fue la mano de más y ahora los de arriba están notando lo que sucede, tenemos que reunirnos rápido a destruir el último sello antes de que lleguen. -Le respondió cruzando sus brazos desviando la mirada sin mucho interés.
- Les dije que traer a Frostmist era un error... Andando, no tenemos tiempo que perder. -Al terminar de decir esto escucharon como patrullas se acercaban mientras ambos empezaron a alejarse del lugar.


- -Ciudad de Shinwa- -
- -Casino nocturno: Gomakashi- -
- -21:15 hrs. 6 de Abril 2012- -

El casino era una atracción popular para los turistas y gente en general desde hace un buen tiempo para la ciudad. Estaba dando buenos frutos, el casino era grande, con mucho tipo de juegos de máquina y de carta, un propio bar donde también servían alimento en el cual había un escenario para el entrenamiento de la gente ya sea de comedia, música o baile. En el centro, una gran fuente que rodeaba una estatua enorme de piedra, frente a la estatua se encontraba un hombre de traje morado entreabierto, sumando un bastón de oro con un diamante y un peinado hacia atrás notándose el obvio uso de gel, parecía de 30 con algo de barba. Se puso enfrente de una multitud de gente que recién entraba al casino.
- ¡Sean bienvenidos al casino de las leyendas! ¡Mi nombre es Frank Gomakashi! ¡Y soy el dueño y fundador del Casino! Además de uno de los más grandes negociadores de la ciudad! ¡Mi tataratataratatarabuelo fue un hombre que participó en una de las frías batallas entre Ángeles y Demonios, él fue el guerrero que derrotó a la bestia que fue creada de esa cruel alianza que hicieron por poder, por eso los Arcángeles como agradecimiento, fundaron este casino para mi tataratataratatarabuelo sobre el lugar de la batalla que ha pasado de generación en generación en nuestra familia por muchos años! -Presumió el sujeto de forma arrogante una obvia mentira hacia las personas, algunas (la mayoría) crédulas se lo creyeron mientras aplaudían mientras otras pocas desviaban la mirada sin poder creer que la gente creyera eso.
- ¡Siéntanse libres de disfrutar el casino! Pero no olviden lo principal, gastar y gastar todo lo que puedan! -Terminó de decir soltando una gran risa mientras la gente se dispersaba por todo el casino hasta quedarse solo, una vez que notó a nadie a su alrededor empezó a reírse para sí mismo.
- ¡Frank, eres un genio! Sólo sigue contando esas patrañas de que esas leyendas absurdas tienen que ver con el casino y traerás turistas tontos que te harán rico, ¡Muy rico! -Al terminar de decir esto soltó otra risa pero fue interrumpida por personas detrás de él, se puso firme y volteó con una sonrisa.
- ¡Sean bien...¿venidos?... -Aquellas dos personas que estaban detrás de él eran Frostmist, quien había dejado un camino de hielo desde la entrada, a su lado se encontraba la otra chica; era pelirroja de ojos cafés, vestía un top negro con shorts de mezclilla y botas que llegaban hasta sus rodillas. 
- ¿Este es el punto de encuentro? Dime que no piensa apostar o algo por el estilo. -Dijo la chica mirando el lugar con indiferencia. - ¿Importa? Sólo mira, Luna, el premio gordo que nos conseguimos... -Respondió Frostmist viendo la gente alrededor del casino.
Las personas comenzaron  percatarse que el hielo que se expandía por todo el lugar.
- ... ¿Pu-Puedo ofrecerles algo? -Frank interrumpió la conversación mientras tenía una cara de pánico y sus piernas temblaban. Ambos voltearon notando su presencia, Frostmist sonrió con intenciones de matarlo, pero la chica llamada Luna se adelantó pateando su cuello, lanzándolo contra la pared haciéndolo perder la conciencia.
- ¡Hey! ¡Lo quería yo! ¡Ni le diste con la fuerza necesaria para matarlo! -Reclamó Frostmist. -¿Importa? Sólo estaba en medio de nuestro camino, además, ya has matado suficiente. -Respondió volviendo a una postura normal. La gente del lugar puso toda su atención a lo que sucedía sin entender bien. Pronto, la seguridad apareció apuntando con sus armas a ambos.
- ¡Quietos! -Gritaron.
- Tsh, estos idiotas de azul me los he topado ya, no son tan divertidos de matar. - Frostmist dijo volteando a ver a los de seguridad apuntando con sus armas.
- ¡Levanten sus manos o nos veremos forzados a disparar! -Gritó el mismo oficial mientras sus otros 3 compañeros hacían lo mismo.
- ¿En serio? Te reto a hacerlo entonces. -Habló Luna cruzando sus brazos sin tomarle importancia.
- ¡Obedezcan! -Volvió a gritar preparando el gatillo. Ambos seguían mirando con indiferencia hacia las advertencias de los miembros de seguridad.
- Ustedes fueron advertidos... -Dicho esto procedió a preparar el gatillo para disparar. Justo antes de disparar un látigo amarró sus brazos, dio un fuerte jalón causando que el disparo cambie de dirección hacia uno de sus compañeros, impactando en el lado izquierdo de su cabeza. Confundido, miró a la dirección donde el látigo guiaba y se podía ver a Nevan al final sonriendo, mientras Kiohoro estaba detrás de ella sonriendo también.
El disparo causó alboroto haciendo por fin una reacción en la gente para empezar a salir del lugar. El látigo soltó los brazos del oficial, los cuales estaban sangrando. Nevan dio un tirón para amarrar ahora su cuello enterrando los alfileres. Dio otro fuerte tirón desgarrando y a su vez rompiendo su cuello.
- ¡Louise! -Gritó otro de seguridad volteando por lo que sucedió. Justo en ese momento varias sombras en forma de látigos tomaron su cabeza, alzándolo mientras ejercían presión hasta romper su cráneo. Eran creadas por los brazos de Kiohoro.
- ¡Ah! ¡No! ¡A-Aléjense! -Asustado gritó el oficial que quedaba. Apuntó su arma por todas direcciones con las manos temblorosas mientras retrocedía tratando de escapar. - ¿A dónde vas? -Dijo Nevan lanzando su látigo para amarrarlo de los tobillos, haciéndolo caer tirando su arma. Comenzó a tirar de la cuerda para jalarlo hacia ella.
- ¡Su-Suélteme! -Rogó mientras trataba de arrastrarse hacían su arma, pero era inútil.
- Adivinaré, tú eras el novato y éste es tu primer día~ -Le dijo con un tono suave con malicia mientras jalaba hasta tenerlo enfrente de ella, lo soltó de las piernas, pero para evitar que pudiera escapar pisoteó su estómago manteniendo su pie sobre él.
- Lo lamento tanto, me encantaría que nos divirtiéramos... Ahorrar la sangre innecesaria... -Quitó su pie y se sentó sobre el regazo del oficial, tomó su rostro alzándolo para que la viera a los ojos-... Pero me temo que no será posible. -Una vez que terminó, dobló su cuello hasta romperlo.
- Como dije, aburridos... -Dijo Frostmist viendo los cadáveres de los 4 miembros de seguridad.
- Quizá, pero es lo mejor que tenemos hasta el momento... Todo está listo, ¿No es así? -Kiohoro preguntó, volteando a ver el resto.
- Los sellos fueron neutralizados, todo está listo. -Respondió Luna.
- Entonces sólo falta una última cosa que hacer.- Habló ahora Nevan. -¿Dónde está Eve? ¿Habrá terminado su “objetivo especial”? -Preguntó poniendo énfasis a lo último que había dicho.
- Siempre estuve aquí. Terminé desde antes que todos ustedes y sólo esperaba a que terminen de perder el tiempo como han hecho desde que llegamos. -Respondió haciendo que los cuatro voltearan. Era aquella quien mantenía su rostro cubierto y llevaba una bata con la cual mantenía una capucha reforzando más la incógnita de cómo se veía físicamente.
- En ese caso, si ya está todo listo, terminemos de una vez. -Dijo en respuesta Nevan.
Eve procedió a ponerse en medio por delante de todos, alzó su mirada hacia la estatua que se mantenía en el centro, alzó sus manos y las juntó haciendo un símbolo con sus dedos. Comenzó a susurrar versos mientras los sellos que anteriormente habían sido sobrescritos, volvían a aparecer pegados en la estatua pero del tono oscuro que habían tomado, pronto se fundieron con la estatua causando que todos los trozos de piedra comiencen a caer como cascarón de huevo.
- Sus “leyendas” siempre decían que estaba alejado de la ciudad... Pero en realidad estaba entre ellos sin que lo supieran... -Dijo Kiohoro viendo como aquellos pedazos de piedra seguían desprendiéndose permitiendo ver a alguien en el interior.-... Simplemente patético. -Terminó.
La piedra acabó totalmente de desprenderse y se podía ver un hombre con cuernos largos en su cabeza, de piel totalmente oscura con tatuajes tribales en todo el cuerpo, un largo cabello que pasaba por sus hombros. Se encontraba arrodillado sin moverse... Hasta que él percató que ya no había nada que lo mantuviera inmóvil, se comenzó a levantar con algo de dificultad.
- Un sello reforzado por 7 Arcángeles que lo mantenían en una prisión de piedra haciéndolo parecer una estatua sin una forma concreta. No podía emitir energía por lo que nadie sospecharía de esta deforme estatua... -Fue lo que dijo Eve al terminar sus versos. Mientras la “bestia” se levantaba mostrando su gran altura de 2,3 metros, comenzó a estirar cada extremidad y encontrar equilibrio en sus movimientos. Su torso estaba al descubierto pero tenía varias cadenas rotas y oxidadas alrededor que parecían estar enterradas en él.  Cada uno observó como la criatura comenzó a tomar un mejor control de sus movimientos. Dio un fuerte estirón para soltar un fuerte rugido que se escuchó por todos los alrededores liberando una presión de energía. Bajó su cabeza por un momento y sus símbolos comenzaron a parpadear en un brillo púrpura. Apenas terminar, se percató de que alrededor diez policías rodeaban el perímetro.
- ¡Quietos! ¡Están rodeados, y todo el edificio lo está igual! ¡Ríndanse de una vez! -Gritó con una postura firme uno de ellos.
-... Llegaron más rápido de lo esperado, bueno, era de esperarse que estarían ya más al pendiente. -Kiohoro dijo dando la vuelta para ver a los oficiales apuntando.
Fuera del edificio, había patrullas de policías y algunos miembros S.W.A.T haciendo guardia mientras algunos francotiradores se posicionaban desde puntos que les permitían ver el interior.
- ¡Listos! ¡Los tenemos en la mira! -Dijo uno de los francotiradores desde su radio mientras mantenía la mira apuntando.
- ¡Disparen a mi señal! ¡Sí nuestro equipo élite falla, disparen a discreción! -Dijo en respuesta el que era oficial al mando. En el interior los 10 miembros mantenían su postura firme mientras apuntaban.
- Todo esto parece sacado de un sueño... ¿Qué son estas cosas?... ¿Qué está pasando aquí? -Susurraba para sí mismo uno de los miembros élite.
- Sean lo que sean, no se van a salir con la suya, así que concéntrate -Dijo en respuesta otro que se encontraba a su izquierda.
-¡FUERON ADVERTIDOS UNA VEZ, NO NOS HAGAN REPETIRSELO UNA TERCERA, LEVANTEN SUS MANOS Y ENTREGUENSE! -Dirigió su mirada hacia los Demonios mientras la bestia seguía con la cabeza hacia abajo.
- ¿Qué dices Eve? ¿Los matamos de una buena vez? -Preguntó Nevan, preparando su látigo.
- ¿Por qué mejor no cederle el honor a nuestro amigo de atrás?... -Respondió.
Al haber respondido, los símbolos dejaron de parpadear y la bestia alzó su rostro; uno de sus ojos era cubierto por su cabello y el ojo que tenía libre era de color naranja. Puso la mirada en todos los que estaban enfrente de él y se impulsó corriendo hacia a ellos. Cada uno se apartó dejando que la bestia pasara por en medio de ellos directo hacia los miembros élite quienes abrieron fuego al instante.  La bestia tomó el rifle de uno, usándolo para golpearlo en el rostro, lanzándolo contra la pared. Volteó hacia atrás para tomar a otro de la cabeza y ejerció tanta presión como pudo hasta romper su cráneo. El resto de miembros seguía disparando, era inútil, pues las balas rebotaban en su cuerpo. Fuera del edificio, el resto de los oficiales solo escuchaba los gritos y disparos.
- ¡Denme un informe! ¿¡Qué sucede ahí dentro!? -Gritó desde el comunicador el oficial a cargo.
- ¡N-No estamos seguros! ¡Parece que en realidad son 6, y uno de ellos está acabando con todos y hemos perdido de vista al resto de los sujetos! ¡Todo está ocurriendo muy rápido! -Respondió uno de los francotiradores. -¿¡Cómo que los perdieron de vista!? ¡Desháganse de él y encuentren el resto! ¡No quiero que ninguno de ellos escape! ¿Entendido? -Dicho esto, tiró el comunicador y se volteó hacia el resto de oficiales.
- ¡Ya escucharon! -Gritó uno de los francotiradores. Apuntó y a través de la mira observaba como la bestia acababa con el último de los oficiales de Elite. Fijó el blanco tratando de tener un tiro perfecto, pero una mano tapó la mira.
- Oh ¿No creerán que íbamos a escapar, verdad? -Kiohoro habló, tapándole la mira con su mano y soltando una risa maliciosa para después jalar del rifle, tirándolo del edificio.
Los oficiales notaron esto e inmediatamente dirigieron su atención hacia Kiohoro. Luna saltó de otro techo cayendo en una de las patrullas y pateó en la cabeza a uno tumbándolo. Volvió a saltar para caer sobre otro atrapándolo del cuello con sus piernas y giro sobre sí misma rompiendo su cuello. Lo soltó de inmediato y procedió a atacar al resto de los oficiales a su alrededor evitando que pudieran usar sus armas de fuego. El grupo de oficiales restantes prepararon sus armas, pero Nevan se puso en medio con su látigo.
Arriba de los edificios, Kiohoro se había encargado ya de matar a cada uno de los francotiradores usando solamente sus habilidades de combate cuerpo a cuerpo. Al terminar de rematar al último dirigió su mirada hacia abajo notando como la puerta del casino era destruida, llevándose con ella gran parte de la pared, a causa un fuerte golpe lanzando pedazos por los aires.
La bestia tomó toda la atención deteniendo la acción y salió caminando ya más calmado. Los oficiales no podían entender lo que sucedía; estos sujetos se encontraban matando a cada uno sin dificultad y como si fueran simples muñecos. Era obvio suponer que no son normales. Estaban perdidos en sus pensamientos. Algunos aterrados, otros queriendo entender que era lo que sucedía. Sólo había pocos oficiales de pie viendo como aquella bestia se acercaba caminando con toda la naturalidad del mundo.
Luna y Nevan se detuvieron por igual y subieron al mismo techo donde se encontraba Kiohoro para solamente observar.
- Pensé que disfrutaba de luchar y asesinar -Dijo Eve a Frostmist, ambos se encontraban en el techo del casino observando también.
- Al principio creí que sería divertido... Pero en realidad es aburrido, los Mobians son demasiado débiles, ni en grupos grandes pueden por lo menos hacernos un rasguño, así no tiene caso para mí. -Respondió, de ahí ya ambos no dijeron nada y pusieron su total atención a la bestia quien se detuvo frente a los oficiales.
-... ¿Qué clase de Monstruo eres? -El oficial líder, quien se encontraba aún con vida a pesar de sus heridas, preguntó.-... Realmente, eso es algo que quisiera saber. -Respondió la bestia con una voz gruesa.
Antes de que pudiera responder, el oficial recibió un golpe en el pecho que lo lanzó con fuerza hasta chocar contra una patrulla, causando que perdiera el conocimiento al instante.
Los oficiales supervivientes cayeron en pánico. La bestia se preparaba para dar otro golpe pero se podía sentir algo en el brazo, lo alzó por unos momentos. Los oficiales en pánico querían correr, pero sólo miraban el brazo, sintiendo como energía emanaba del brazo mientras sus tatuajes palpitaba en un tono púrpura. Ya listo, procedió a lanzar el golpe contra los oficiales quienes seguían helados por el pánico.
Pero el golpe fue bloqueado, dos enormes alas blancas se pusieron en medio del golpe, el cual en realidad sólo cargo energía para lanzar una ráfaga.
- Ahora aquí es donde empieza la verdadera función... -Dijo Kiohoro quien se acercaba junto con Luna y Nevan hacia Frostmist e Eve.
- Es una lástima dejarle lo realmente divertido a él...
- Frostmist dijo mientras observaba el humo dispersarse, dejando ver mejor al que bloqueó el ataque; era un Ángel.
- Ha estado dormido por siglos, y su poder igual, probablemente ya no sea tan poderoso por esto, además, los Ángeles han mejorado sus habilidades con los años... Si gana, entonces aún nos puede servir, si pierde, es obvio, sólo nos fue una basura que nos hizo perder el tiempo. -Cerró la conversación Eve, sólo se dedicaron a observar.
- Un Ángel... -La bestia observó detenidamente al Ángel frente a él.- ¿Te mandaron a ti solo?... -No hubo respuesta. Se percató que detrás de él había otro dos más, quienes se impulsaron a atacar con espadas. Se volteó de inmediato, de nuevo sus tatuajes brillaron y el filo de cada espada chocó contra sus brazos sin hacerles algún corte.
- ¿Eso es lo mejor que pudieron idear? -Les preguntó a ambos, antes de que respondieran ejerció fuerza sobre sus espadas empujándolos mientras trataban de mantenerse firmes arrastrando el suelo, los dos dieron un salto rápido pasando por arriba de él, reuniéndose con su otro compañero. Los tres se prepararon de nuevo y comenzaron a sincronizarse en sus ataques con fuerza y velocidad. La bestia usó sus brazos para bloquear al mismo ritmo que ellos cada ataque.
-... Interesante, al parecer todas sus habilidades vienen de sus tatuajes, ya que con ellos está haciendo sus brazos lo suficiente resistentes para aguantar cada golpe. -Kiohoro dijo observando el resto la lucha, la cual se estaba volviendo más intensa. Los ataques directos eran inútiles. Tomaron su distancia, para tratar de hacer otra estrategia, uno se fue por la derecha y otra por la izquierda al mismo tiempo atacando para obligarlo a bloquear con ambos brazos al mismo tiempo que el tercero preparó el filo de su espada para apuñalarlo de frente. Pero la bestia no bajó la guardia. Antes de que lograra apuñalarlo, sujetó con sus manos cada espada y los hizo chocar contra el del medio forzándolos a soltar sus armas.
- ¡Ugh! -Se quejó cada uno por el golpe.
- Mira, sí hablan, ya pensé que eran de los calladitos. -Les dijo enterrando en el suelo cada una de sus espadas.
- Debía suponer que esto no iba a ser fácil...- Dijo uno de los Ángeles poniéndose en el medio de sus compañeros.
- Claro que no lo iba a ser estúpidos, ¿Acaso los arcángeles ya perdieron la cabeza para dejar que simples debiluchos me enfrenten? ¿O es que tienen miedo de volver a verme?- Les pregunto burlonamente.
- Diría que no desean perder más su tiempo en derrotar dos veces al mismo sujeto. -Le respondió el mismo burlándose también, y los otros ángeles respondieron con una risa. Esto lo hizo irritar por lo que se lanzó directo a golpear con fuerza y velocidad superior a las que tenía hace un rato sin dejarlos poder defenderse o contraatacar.
- ¿¡Dónde quedó su risa ahora eh!? -Gritó mientras golpeaba a cada uno hasta derribarlos, cada que trataban de levantarse a contraatacar eran derribados de nuevo por sus golpes.
-... Esperaba algo mucho mejor, no pudieron seguir su ritmo. -Dijo Frostmist mientras la bestia remataba a cada uno.
- Entonces significa que nos sirve. -Dijo Eve, notándose malicia en su voz.
La bestia había terminado con los Ángeles quienes no se levantaron.
-... Estúpidos, sabían perfectamente que esto no me iba a detener, ¿En qué estaban pensando? ¿Sacrificar a sus aliados como muñecos? -Dijo observando los cuerpos de los caídos. Volteó hacia donde los oficiales se encontraban, pero ya habían escapado desde hace un buen rato.
-... Impresionante. -Dijeron los cinco para llamar su atención, de un salto bajaron del techo del casino.
 -... Ustedes, ¿Fueron los que me liberaron, no es así? Los vi cuando salí. -Habló, dirigiendo su atención hacia ellos.
- Por supuesto, se podría decir que está en deuda con nosotros. -Eve le respondió mientras se detenían frente a él.
- ¿En deuda? ¿Con ustedes?... No me hagas reír. Sólo sentenciaron sus propias muertes también. -Dicho esto se preparó con sus tatuajes brillando nuevamente.
- ¿Enserio? ¿Qué harás? ¿Matarnos y después qué? ¿Eso es todo?... ¿Qué motivos tienes siquiera para matar? ¿Qué es lo que te motiva, y que harás después? ¿Matar y matar, en un simple ciclo sin fin? -Le dijo captando su total atención, ya no tenía intenciones de atacar pero no bajó la guardia.
- Cuando fui creado, querían tratarme como un simple esclavo que hace lo que sus dueños no son capaces de hacer, alimentando sus deseos egoístas. Lo único que tenía en mente, era matar. -Le respondió.
- Pero terminaste matándolos a ellos... Tuviste mente propia, ¿Por qué no mejor alimentar tus propios deseos? ¿No has pensado en usar todo ese potencial para ti mismo? Te liberamos para ofrecerte un trato. Trabaja con nosotros en el infierno, no tienes que obedecernos, tienes sólo que ayudarnos, encontrarás una verdadera motivación para tu potencial. -Dijo en un intento de convencerlo, parecía tener efecto, lo pensaba mejor, y era cierto, podía hacer más que sólo matar.
- Lucifer estará encantado de complacer todo lo que quieras, si nos ayudas, claro está. Incluso reencontrarte con los Arcángeles que te encerraron. -Dicho esto, lo dejó de pensar, sonrió sin dudar más.
- Me parece bien... -Respondió afirmando ya su alianza.
Cada uno sonrió con satisfacción, todos sus planes estaban saliendo adecuadamente. Un portal se abrió frente a ellos, cada uno entró. Cuando entraron todos se cerró de inmediato, dejando aquella zona totalmente destruida por la lucha, con cuerpos de oficiales, patrullas destruidas, y algunos escombros de la puerta y pared del casino.  - ...N-Nghh… Mi cabeza... -Se levantó Frank quien estaba inconsciente todo este tiempo. Su mirada estaba perdida tratando de comprender lo que paso antes de caer noqueado. Notó que todo su casino estaba destruido y se mantuvo en silencio por unos segundos hasta que finalmente grito aterrado.
-¡¡MI CASINOOOOOOOOOOOO!!


-To be Continued.

2 comentarios:

  1. Primer capitulo leido X'D
    Es mucho x-x
    Mi cerebro no puede sacar una conclusion de esto si sigo leyendo ._.

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