En la vida, siempre ha habido guerra,
destrucción, devastación… Miseria y caos causadas por diferencias entre
especies, o por intereses propios, ya sea por defender o atacar, desde la
creación del mundo siempre ha habido guerra, al igual que paz. No hay Paz sin
Guerra, y no hay Guerra sin Paz.
El Infierno, probablemente la gente no
entiende bien su definición, más que un lugar lleno de fuego y rocas y volcanes
con lava ardiente o ríos de fuego por ahí con calaveras flotando con personas
con alas de murciélago… Pues, no. Es una versión oscura de la tierra misma, en
este lugar los pecadores yacen, destinados a pagar aquellos pecados que
cometieron y que tienen que purgar sus malos actos en un eterno castigo, sin
embargo también abundan almas que decidieron servir al mismo Infierno, seres
que vendieron sus almas al mismo… Conectada al mismo Limbo, por eso sus
similitudes en apariencia, sin embargo el Limbo solo yacen las almas perdidas
que no encontraron paz, conectadas a la tierra, una versión desolada y apagada
del mundo terrenal donde sólo están las almas muertas… En el Infierno incluso
hay reglas, reglas que hay que seguir
para mantener el orden, ¿Pero qué sucede cuando el Infierno mismo decide poner
sus propias reglas?... En una zona no tan profunda del Infierno, cinco sujetos
se encontraban enfrente de una enorme bola de fuegos arrodillados, cabizbajos.
Dos chicas en la parte de la izquierda, con dos chicos en la parte de la
derecha, en el medio el quinto sujeto solo estaba cubierto con una capucha y máscara
cubriendo su identidad. Pronto… Una voz del fuego se escuchó.
-Escuchen, pronto terminaré de formarme por
completo, tendré un cuerpo físico de nuevo, han pasado millones de años desde
que seguimos estas estúpidas reglas. La hora de cambiarlas llego, el día que
por fin termine mi formación, quiero ver que en el Cielo ya no tengan manera de
retenerme, así que espero que ustedes, mis sirvientes… No me decepcionen
¿Entendido? -Fue lo que dijo aquella voz a través del fuego.
-Entendido, amo. -Respondieron los
cinco. La bola de fuego se apagó al instante, al hacerlo en ese mismo lugar se
abrió un portal directo a la tierra, sin decir nada entraron los leales
sirvientes para cumplir las órdenes que su maestro ordenó, se mantuvo unos
segundos más abierto hasta cerrarse, una vez desaparecido el portal, una figura
salió dejando a entender que eran espiados, estaba vestido con una larga túnica
con capucha que cubría la mitad de su rostro.
-Esto es más grave de lo que creía, será mejor
que regrese también. -Susurró para sí misma.
- -Ciudad de Shinwa- -
- -20:00 hrs. 4 de Abril 2012- -
La ciudad es Shinwa, una enorme ciudad,
con grandes edificios, parques, lugares de entretenimiento, playas, etc... La
población de la ciudad era mucha, incluso tenían turismo por todas partes, se podía
notar un gran modernismo con toques retos ya que era muy rica en leyendas,
tradiciones y culturas, las leyendas de este lugar han sido contadas desde
siempre, historias de Ángeles y Demonios combatiendo en batallas feroces, valientes
guerreros que daban sus vidas por sus ideales, batallas enigmáticas siguiendo
un sinfín de guerras, hasta que un día, después de una feroz batalla, un grupo
de ángeles y demonios decidieron hacer una tregua, por desgracia, esta tregua
era solo para tomar por la fuerza el Cielo e Infierno, Los Ángeles accedieron a
esta tregua por querer una mentira inexistente… Perfección. una perfección que
no tenía lugar en el mundo ni tampoco una base genuina, creían que si hacían
esto, ellos podrían arreglar los errores de los arcángeles sobre la tierra, o
lo que ellos definían como error, entre todos usando magia prohibida, crearon
una bestia con poder descomunal para tomar por la fuerza tanto el mismo
Infierno como el Cielo, pero esto no funcionó como ellos querían, pues
cometieron lo que ellos definirían como un error, la criatura pensaba por
cuenta propia, tenía una consciencia dada y se negó a seguir sus órdenes, se
rebeló demostrando a todos su gran poder, mató a cada uno sin piedad, sin
compasión alguna. Los Arcángeles intervinieron a tiempo, luchando para lograr
sellar a la criatura debajo de esta misma ciudad. Esos eran los re latos que
los ancianos contaban a los niños, para inspirarlos o entretenerlos en las
frías noches cuando se iba la electricidad o sólo para tenerlos ocupados
mientras los adultos conversaban, la ciudad nunca creyó en sus propias
leyendas, siempre las vio como un simple atractivo turístico, cosa que sabía
ganar bien para sus inversión y poder mantener aquella gran ciudad estable.
Aquel portal se volvió a abrir, los
cinco sujetos salieron de este justo a las afueras de la ciudad.
-Este es el lugar, ya saben que tienen
que hacer, no llamen la atención de forma innecesaria, maten solo al que se
cruce en su objetivo. -La persona con capucha que cubría su rosto, habló, su
voz parecía ser femenina.
-Cómo digas, de todas formas pensaba
hacerlo, es lo divertido de este trabajo. -Le respondió uno de los sujetos
mientras masajeaba su muñeca con una sonrisa arrogante.
No hubo respuesta alguna, simplemente
siguió su camino dejando a aquellos cuatro quienes solo intercambiaron un par
de miradas entre sí, sabían ya lo que tenían que hacer cada uno, despertar a
aquella bestia que llevaba durmiendo siglos bajo esta ciudad, con la presencia
de un ser como el en la tierra causando caos, el Cielo estaría ocupado
intentando atraparlo de nuevo, así tendrían el campo libre para poder cumplir
sus verdaderos objetivos.
Cada uno tomo una dirección diferente, para poder romper el sello que lo mantenía durmiendo en un eterno encierro durante tanto tiempo, tenían que destruir 7 sellos creados por cada Arcángel y esparcidos por toda la gran ciudad de Shinwa.
Cada uno tomo una dirección diferente, para poder romper el sello que lo mantenía durmiendo en un eterno encierro durante tanto tiempo, tenían que destruir 7 sellos creados por cada Arcángel y esparcidos por toda la gran ciudad de Shinwa.
- -Ciudad de Shinwa- -
- -Museo de Antigüedades- -
- -20:15 hrs. 4 de Abril 2012- -
En el museo, se encontraba muchas cosas
referentes a sus leyendas, como también a las obras de arte y piezas históricas
o fósiles, sin embargo la mayoría de las personas disfrutaban más de aquellas
piezas que tenían que ver con sus leyendas, había una guía turística guiada por
una trabajadora del museo, parados enfrente de una enorme marca en la pared de
los escombros de lo que parecía ser una
casa antigua situada en el exterior trasero del museo la empleada narraba lo
que las historias decían sobre aquella marca, una vez que terminó de narrar la
historia dio por terminado el tour dejándolos explorar y tomar fotos, sin
embargo antes de irse pudo notar como un sujeto vistiendo una sudadera con
capucha, cruzaba sin importancia la línea marcada como límite para los
turistas, se acercó molesta debido a su imprudencia.
-Disculpe
señor, pero está pasando más de lo permitido, por favor regrésese o tendré que
sacarlo. -La mujer le pidió, sin embargo no hubo respuesta de aquel sujeto.-Por
favor no me haga llamar a seguridad. -Volvió a decir, pero de nuevo no hubo respuesta,
aquel sujeto solo miraba la marca mientras parecía analizarla.
La mujer molesta lo tomó del brazo
dispuesta a sacarlo de ahí, sin embargo la soltó al sentir como su mano se
ponía pálida y fría, alzó su mano viendo como poco a poco se congelaba, asustada
se alejó mientras sostenía su mano, el sujeto volteo quitándose la capucha dejándose
ver, su piel era pálida como la nieve estaba seca con grietas debido a la
temperatura de su cuerpo, su cabello era medio y revuelto, color celeste, sus
ojos eran amarillos igual de pálidos que su piel, la vio directamente a los
ojos sonriendo, ella miraba aterrada sin entender lo que sucedía, el sujeto sin
decir nada soplo algo de su aliento hacia la mujer dándole en su cara, la mujer
asustada intento gritar en ese momento, pero algo se lo impedía, sentía su
garganta seca, sentía como perdía calor en su cuerpo y se congelaba desde
dentro sin poder hacer ya casi nada, hasta quedar totalmente congelada.
-Como dije, es lo que me gusta de este
trabajo. -Fue lo que dijo con una sonrisa cínica, dio una vuelta completa
impulsando una fuerte patada hacia la mujer congelada rompiéndola en pedazos,
esto llamo la atención de la gente quienes miraron confundidos lo que acababa
de suceder - La diversión apenas inicia, pónganse cómodos, Frostmist, será su
nuevo guía. -Dicho esto se quitó la sudadera, con ella ocultaba sus brazos, en
realidad no eran brazos en sí, eran capas gruesas de hielo que podía cambiar a
la forma que desee, una de estas tomo la forma del filo de una hoz, volteo
poniendo el filo sobre el sello empezando a dibujar sobre el un símbolo, pronto
comenzó a brillar hasta tornarse oscuro y desaparecer.
Esto causó el miedo de algunas personas
mientras otras tomaban videos o fotos, pronto miembros de seguridad llegaron apuntando con sus armas.
- ¡Quieto! ¡Levanta tus manos! -Dijo uno
de los miembros de seguridad.
- Cómo ordenen. -Frostmist alzó sus
manos pero solo para disparar estalactitas filosas desde sus manos a cada uno
de ellos perforando sus cuellos matándolos.
El pánico ya era evidente entre la
gente, corrían aterrados y gritando por ayuda, aunque Frostmist ya había
cumplido lo que debía, quería divertirse, por lo que expandió su frio
congelando las puertas del museo y los alrededores del exterior trasero donde
se encontraban para evitar que más gente se escapará.
- Muy bien, ¿Quién desea seguir el tour?
-Dijo mientras acorralaba a aquellos que no lograron escapar asustados gritaban
por ayuda, entonces gélido silencio sofoco aquellos gritos.
- -Ciudad de Shinwa- -
- -Playa Emerald Coast- -
- -20:45 hrs. 4 de Abril 2012- -
La playa era un lugar muy visitado en la
ciudad, con restaurantes de mariscos e incluso entradas con banquetas, se podía
ver un hermoso mar desde la orilla de la playa, a la orilla de la misma playa,
había un gran muelle y a los lados grandes casas de playa exóticas, el muelle
cubría desde el inicio de la playa cubriendo en adelante 50 metros de largo y
40 de ancho. Tenía postes de luz, pequeños puestos de comida como también
algunos restaurantes ya algo más grandes y asientos para pescadores o gente que
sólo quería ver la hermosa vista que había hacia el mar.
Pero el sujeto que estaba caminando en ese preciso momento en el muelle, no estaba ahí para alguna de esas cosas, estaba ahí para encontrar otro de los sellos y destruirlos.
Era alto, con un largo cabello recogido hacia atrás, su piel era algo oscura, sus ojos eran opacos de color purpura, vestía una gran bata decorada de algunas calaveras, no tenía mangas por lo que se podían ver sus brazos con venas negras marcadas, también usaba guantes en los cuales habían púas pequeñas en los nudillos.
La gente que estaba en el muelle simplemente lo ignoraban o sé reían, pero el solo seguida caminando hasta detenerse en el centro del muelle, miro a su alrededor cruzándose de brazos y empezó a hablar para sí mismo.
Pero el sujeto que estaba caminando en ese preciso momento en el muelle, no estaba ahí para alguna de esas cosas, estaba ahí para encontrar otro de los sellos y destruirlos.
Era alto, con un largo cabello recogido hacia atrás, su piel era algo oscura, sus ojos eran opacos de color purpura, vestía una gran bata decorada de algunas calaveras, no tenía mangas por lo que se podían ver sus brazos con venas negras marcadas, también usaba guantes en los cuales habían púas pequeñas en los nudillos.
La gente que estaba en el muelle simplemente lo ignoraban o sé reían, pero el solo seguida caminando hasta detenerse en el centro del muelle, miro a su alrededor cruzándose de brazos y empezó a hablar para sí mismo.
-Si no me equivoco, justo aquí debe de estar
un sello… -Puso una de sus manos en su barbilla aun estando cruzado de brazos
mientras miraba hacia su alrededor pensando en que parte podría estar.
- ¡Oye Friki! ¡La convención de autistas
está al otro lado de la ciudad! -Gritó un chico quien iba acompañado de otros
dos quienes reían.
- ¿Me hablaste a mí? -Preguntó aún
sabiendo la respuesta.
- Claro, no veo otro raro con disfraz
aquí. -Respondió el mismo sujeto mientras sonreía de forma burlona.
- Me pareces una simple pérdida de
tiempo, ¿Acaso los gemidos de tu madre cada noche con un hombre diferente por
día te provocan ganas de intentar sentirte superior ante los demás con bromas
tan infantiles? -Dijo ahora él, formando una sonrisa burlona.
- ¿¡Qué fue lo que dijiste!? -Gritó
causando que la gente alrededor volteara viendo la escena que se había formado.
Satisfecho volteó ignorándolo, él sabía
que no podía llamar la atención o perder el tiempo, pero no pude resistir a la
idea de provocarlo aunque sea un poco, tenía ganas de jugar con su mente y
retorcerla para entonces devorar su alma devastada.
Sin embargo aquel chico estaba molesto, era obvio que ignorarlo sólo lo enojaría más, por lo que intentó golpearlo por detrás de forma inútil ya que esquivó el golpe moviéndose a un lado de forma rápida. Sujetó su brazo, presionó fuerte para hacerlo arrodillarse, quejándose del dolor. Sus dos colegas al ver esto corrieron hacía el intentando intervenir, al notar a ambos tratando de ayudar a su amigo
Sin embargo aquel chico estaba molesto, era obvio que ignorarlo sólo lo enojaría más, por lo que intentó golpearlo por detrás de forma inútil ya que esquivó el golpe moviéndose a un lado de forma rápida. Sujetó su brazo, presionó fuerte para hacerlo arrodillarse, quejándose del dolor. Sus dos colegas al ver esto corrieron hacía el intentando intervenir, al notar a ambos tratando de ayudar a su amigo
-
¡Eh, Kiohoro! ¡Deja de perder el tiempo! -Se escuchó una voz femenina detrás de
él, al escucharla Kiohoro se detuvo para voltear a verla.
Era una mujer alta con cabello plateado
que llegaba hasta su espalda, tenía una cicatriz en el ojo izquierdo por lo
cual lo mantenía cerrado, su otro ojo era de color rojo, su piel era bronceada,
y en una de sus manos llevaba un largo látigo con pequeños alfileres a su
alrededor. Kiohoro cuestionó a quien lo llamó, dándole la espalda al oficial
quien pronto perdió la conciencia.
- En eso estoy por supuesto, los demás
también, ya llevamos 6 sellos, pero Frostmist se le fue la mano de más y ahora
los de arriba están notando lo que sucede, tenemos que reunirnos rápido a destruir
el último sello antes de que lleguen. -Le respondió cruzando sus brazos
desviando la mirada sin mucho interés.
- Les dije que traer a Frostmist era un
error... Andando, no tenemos tiempo que perder. -Al terminar de decir esto
escucharon como patrullas se acercaban mientras ambos empezaron a alejarse del
lugar.
- -Ciudad de Shinwa- -
- -Casino nocturno: Gomakashi- -
- -21:15 hrs. 6 de Abril 2012- -
El casino era una atracción popular para
los turistas y gente en general desde hace un buen tiempo para la ciudad. Estaba
dando buenos frutos, el casino era grande, con mucho tipo de juegos de máquina
y de carta, un propio bar donde también servían alimento en el cual había un
escenario para el entrenamiento de la gente ya sea de comedia, música o baile. En
el centro, una gran fuente que rodeaba una estatua enorme de piedra, frente a
la estatua se encontraba un hombre de traje morado entreabierto, sumando un
bastón de oro con un diamante y un peinado hacia atrás notándose el obvio uso
de gel, parecía de 30 con algo de barba. Se puso enfrente de una multitud de
gente que recién entraba al casino.
- ¡Sean bienvenidos al casino de las
leyendas! ¡Mi nombre es Frank Gomakashi! ¡Y soy el dueño y fundador
del Casino! Además de uno de los más grandes negociadores de la ciudad! ¡Mi
tataratataratatarabuelo fue un hombre que participó en una de las frías
batallas entre Ángeles y Demonios, él fue el guerrero que derrotó a la bestia
que fue creada de esa cruel alianza que hicieron por poder, por eso los
Arcángeles como agradecimiento, fundaron este casino para mi
tataratataratatarabuelo sobre el lugar de la batalla que ha pasado de
generación en generación en nuestra familia por muchos años! -Presumió el sujeto
de forma arrogante una obvia mentira hacia las personas, algunas (la mayoría) crédulas
se lo creyeron mientras aplaudían mientras otras pocas desviaban la mirada sin
poder creer que la gente creyera eso.
- ¡Siéntanse libres de disfrutar el
casino! Pero no olviden lo principal, gastar y gastar todo lo que puedan!
-Terminó de decir soltando una gran risa mientras la gente se dispersaba por
todo el casino hasta quedarse solo, una vez que notó a nadie a su alrededor
empezó a reírse para sí mismo.
-
¡Frank, eres un genio! Sólo sigue contando esas patrañas de que esas leyendas
absurdas tienen que ver con el casino y traerás turistas tontos que te harán
rico, ¡Muy rico! -Al terminar de decir esto soltó otra risa pero fue
interrumpida por personas detrás de él, se puso firme y volteó con una sonrisa.
- ¡Sean bien...¿venidos?... -Aquellas dos personas que estaban
detrás de él eran Frostmist, quien había dejado un camino de hielo desde la
entrada, a su lado se encontraba la otra chica; era pelirroja de ojos cafés,
vestía un top negro con shorts de mezclilla y botas que llegaban hasta sus
rodillas.
- ¿Este es el punto de encuentro? Dime que no piensa apostar o
algo por el estilo. -Dijo la chica mirando el lugar con indiferencia. - ¿Importa?
Sólo mira, Luna, el premio gordo que nos conseguimos... -Respondió Frostmist
viendo la gente alrededor del casino.
Las personas comenzaron percatarse que el hielo que se
expandía por todo el lugar.
- ... ¿Pu-Puedo ofrecerles algo? -Frank interrumpió la
conversación mientras tenía una cara de pánico y sus piernas
temblaban. Ambos voltearon notando su presencia, Frostmist sonrió con
intenciones de matarlo, pero la chica llamada Luna se adelantó pateando su
cuello, lanzándolo contra la pared haciéndolo perder la conciencia.
- ¡Hey! ¡Lo quería yo! ¡Ni le diste con la fuerza necesaria
para matarlo! -Reclamó Frostmist. -¿Importa? Sólo estaba en medio de nuestro
camino, además, ya has matado suficiente. -Respondió volviendo a una postura normal.
La gente del lugar puso toda su atención a lo que sucedía sin entender bien.
Pronto, la seguridad apareció apuntando con sus armas a ambos.
- ¡Quietos! -Gritaron.
- Tsh, estos idiotas de azul me los he topado ya, no son tan
divertidos de matar. - Frostmist dijo volteando a ver a los de seguridad
apuntando con sus armas.
- ¡Levanten sus manos o nos veremos forzados a disparar! -Gritó el
mismo oficial mientras sus otros 3 compañeros hacían lo mismo.
- ¿En serio? Te reto a hacerlo entonces. -Habló Luna cruzando
sus brazos sin tomarle importancia.
- ¡Obedezcan! -Volvió a gritar preparando el gatillo. Ambos
seguían mirando con indiferencia hacia las advertencias de los miembros de
seguridad.
- Ustedes fueron advertidos... -Dicho esto procedió a preparar el
gatillo para disparar. Justo antes de disparar un látigo amarró sus brazos, dio
un fuerte jalón causando que el disparo cambie de dirección hacia uno de sus
compañeros, impactando en el lado izquierdo de su cabeza. Confundido, miró a la
dirección donde el látigo guiaba y se podía ver a Nevan al final sonriendo,
mientras Kiohoro estaba detrás de ella sonriendo también.
El disparo causó alboroto haciendo por fin una reacción en la
gente para empezar a salir del lugar. El látigo soltó los brazos del oficial,
los cuales estaban sangrando. Nevan dio un tirón para amarrar ahora su cuello
enterrando los alfileres. Dio otro fuerte tirón desgarrando y a su vez
rompiendo su cuello.
- ¡Louise! -Gritó otro de seguridad volteando por lo que sucedió.
Justo en ese momento varias sombras en forma de látigos tomaron su cabeza,
alzándolo mientras ejercían presión hasta romper su cráneo. Eran creadas por
los brazos de Kiohoro.
- ¡Ah! ¡No! ¡A-Aléjense! -Asustado gritó el oficial que quedaba.
Apuntó su arma por todas direcciones con las manos temblorosas mientras retrocedía
tratando de escapar. - ¿A dónde vas? -Dijo Nevan lanzando su látigo para
amarrarlo de los tobillos, haciéndolo caer tirando su arma. Comenzó a tirar de
la cuerda para jalarlo hacia ella.
- ¡Su-Suélteme! -Rogó mientras trataba de arrastrarse hacían su
arma, pero era inútil.
- Adivinaré, tú eras el novato y éste es tu primer día~ -Le dijo
con un tono suave con malicia mientras jalaba hasta tenerlo enfrente de ella,
lo soltó de las piernas, pero para evitar que pudiera escapar pisoteó su
estómago manteniendo su pie sobre él.
- Lo lamento tanto, me encantaría que nos divirtiéramos... Ahorrar
la sangre innecesaria... -Quitó su pie y se sentó sobre el regazo del oficial,
tomó su rostro alzándolo para que la viera a los ojos-... Pero me temo que no
será posible. -Una vez que terminó, dobló su cuello hasta romperlo.
- Como dije, aburridos... -Dijo Frostmist viendo los cadáveres de
los 4 miembros de seguridad.
- Quizá, pero es lo mejor que tenemos hasta el momento... Todo está
listo, ¿No es así? -Kiohoro preguntó, volteando a ver el resto.
- Los sellos fueron neutralizados, todo está listo. -Respondió
Luna.
- Entonces sólo falta una última cosa que hacer.- Habló ahora
Nevan. -¿Dónde está Eve? ¿Habrá terminado su “objetivo especial”? -Preguntó poniendo énfasis a lo último que
había dicho.
- Siempre estuve aquí. Terminé desde antes que todos ustedes y
sólo esperaba a que terminen de perder el tiempo como han hecho desde que
llegamos. -Respondió haciendo que los cuatro voltearan. Era aquella quien
mantenía su rostro cubierto y llevaba una bata con la cual mantenía una capucha
reforzando más la incógnita de cómo se veía físicamente.
- En ese caso, si ya está todo listo, terminemos de una vez.
-Dijo en respuesta Nevan.
Eve procedió a ponerse en medio por delante de todos, alzó su
mirada hacia la estatua que se mantenía en el centro, alzó sus manos y las
juntó haciendo un símbolo con sus dedos. Comenzó a susurrar versos mientras los
sellos que anteriormente habían sido sobrescritos, volvían a aparecer pegados
en la estatua pero del tono oscuro que habían tomado, pronto se fundieron con
la estatua causando que todos los trozos de piedra comiencen a caer como
cascarón de huevo.
- Sus “leyendas” siempre decían que estaba alejado de la ciudad...
Pero en realidad estaba entre ellos sin que lo supieran... -Dijo Kiohoro viendo
como aquellos pedazos de piedra seguían desprendiéndose permitiendo ver a
alguien en el interior.-... Simplemente patético. -Terminó.
La piedra acabó totalmente de desprenderse y se podía ver un
hombre con cuernos largos en su cabeza, de piel totalmente oscura con tatuajes
tribales en todo el cuerpo, un largo cabello que pasaba por sus hombros. Se
encontraba arrodillado sin moverse... Hasta que él percató que ya no había nada
que lo mantuviera inmóvil, se comenzó a levantar con algo de dificultad.
- Un sello reforzado por 7 Arcángeles que lo mantenían en una
prisión de piedra haciéndolo parecer una estatua sin una forma concreta. No
podía emitir energía por lo que nadie sospecharía de esta deforme estatua... -Fue
lo que dijo Eve al terminar sus versos. Mientras la “bestia” se levantaba
mostrando su gran altura de 2,3 metros, comenzó a estirar cada extremidad y
encontrar equilibrio en sus movimientos. Su torso estaba al descubierto pero
tenía varias cadenas rotas y oxidadas alrededor que parecían estar enterradas
en él. Cada uno observó como la criatura comenzó a tomar un mejor control
de sus movimientos. Dio un fuerte estirón para soltar un fuerte rugido que se
escuchó por todos los alrededores liberando una presión de energía. Bajó su
cabeza por un momento y sus símbolos comenzaron a parpadear en un brillo
púrpura. Apenas terminar, se percató de que alrededor diez policías rodeaban el
perímetro.
- ¡Quietos! ¡Están rodeados, y todo el edificio lo está igual!
¡Ríndanse de una vez! -Gritó con una postura firme uno de ellos.
-... Llegaron más rápido de lo esperado, bueno, era de esperarse
que estarían ya más al pendiente. -Kiohoro dijo dando la vuelta para ver a los
oficiales apuntando.
Fuera del edificio, había patrullas de policías y algunos miembros
S.W.A.T haciendo guardia mientras algunos francotiradores se posicionaban desde
puntos que les permitían ver el interior.
- ¡Listos! ¡Los tenemos en la mira! -Dijo uno de los
francotiradores desde su radio mientras mantenía la mira apuntando.
- ¡Disparen a mi señal! ¡Sí nuestro equipo élite falla, disparen a
discreción! -Dijo en respuesta el que era oficial al mando. En el interior
los 10 miembros mantenían su postura firme mientras apuntaban.
- Todo esto parece sacado de un sueño... ¿Qué son estas cosas?...
¿Qué está pasando aquí? -Susurraba para sí mismo uno de los miembros élite.
- Sean lo que sean, no se van a salir con la suya, así que
concéntrate -Dijo en respuesta otro que se encontraba a su izquierda.
-¡FUERON ADVERTIDOS UNA VEZ, NO NOS HAGAN REPETIRSELO UNA TERCERA,
LEVANTEN SUS MANOS Y ENTREGUENSE! -Dirigió su mirada hacia los Demonios
mientras la bestia seguía con la cabeza hacia abajo.
- ¿Qué dices Eve? ¿Los matamos de una buena vez? -Preguntó Nevan,
preparando su látigo.
- ¿Por qué mejor no cederle el honor a nuestro amigo de atrás?...
-Respondió.
Al haber respondido, los símbolos dejaron de parpadear y la bestia
alzó su rostro; uno de sus ojos era cubierto por su cabello y el ojo que tenía
libre era de color naranja. Puso la mirada en todos los que estaban enfrente de
él y se impulsó corriendo hacia a ellos. Cada uno se apartó dejando que la
bestia pasara por en medio de ellos directo hacia los miembros élite quienes
abrieron fuego al instante. La bestia tomó el rifle de uno, usándolo para
golpearlo en el rostro, lanzándolo contra la pared. Volteó hacia atrás para
tomar a otro de la cabeza y ejerció tanta presión como pudo hasta romper su
cráneo. El resto de miembros seguía disparando, era inútil, pues las balas
rebotaban en su cuerpo. Fuera del edificio, el resto de los oficiales solo
escuchaba los gritos y disparos.
- ¡Denme un informe! ¿¡Qué sucede ahí dentro!? -Gritó desde el comunicador
el oficial a cargo.
- ¡N-No estamos seguros! ¡Parece que en realidad son 6, y uno de
ellos está acabando con todos y hemos perdido de vista al resto de los sujetos!
¡Todo está ocurriendo muy rápido! -Respondió uno de los francotiradores. -¿¡Cómo
que los perdieron de vista!? ¡Desháganse de él y encuentren el resto! ¡No
quiero que ninguno de ellos escape! ¿Entendido? -Dicho esto, tiró el
comunicador y se volteó hacia el resto de oficiales.
- ¡Ya escucharon! -Gritó uno de los francotiradores. Apuntó y a
través de la mira observaba como la bestia acababa con el último de los
oficiales de Elite. Fijó el blanco tratando de tener un tiro perfecto, pero una
mano tapó la mira.
- Oh ¿No creerán que íbamos a escapar, verdad? -Kiohoro habló,
tapándole la mira con su mano y soltando una risa maliciosa para después jalar
del rifle, tirándolo del edificio.
Los oficiales notaron esto e inmediatamente dirigieron su atención
hacia Kiohoro. Luna saltó de otro techo cayendo en una de las patrullas y pateó
en la cabeza a uno tumbándolo. Volvió a saltar para caer sobre otro atrapándolo
del cuello con sus piernas y giro sobre sí misma rompiendo su cuello. Lo soltó
de inmediato y procedió a atacar al resto de los oficiales a su alrededor
evitando que pudieran usar sus armas de fuego. El grupo de oficiales restantes
prepararon sus armas, pero Nevan se puso en medio con su látigo.
Arriba de los edificios, Kiohoro se había encargado ya de matar a
cada uno de los francotiradores usando solamente sus habilidades de combate
cuerpo a cuerpo. Al terminar de rematar al último dirigió su mirada hacia abajo
notando como la puerta del casino era destruida, llevándose con ella gran parte
de la pared, a causa un fuerte golpe lanzando pedazos por los aires.
La bestia tomó toda la atención deteniendo la acción y salió
caminando ya más calmado. Los oficiales no podían entender lo que sucedía;
estos sujetos se encontraban matando a cada uno sin dificultad y como si fueran
simples muñecos. Era obvio suponer que no son normales. Estaban perdidos en sus
pensamientos. Algunos aterrados, otros queriendo entender que era lo que
sucedía. Sólo había pocos oficiales de pie viendo como aquella bestia se
acercaba caminando con toda la naturalidad del mundo.
Luna y Nevan se detuvieron por igual y subieron al mismo techo
donde se encontraba Kiohoro para solamente observar.
- Pensé que disfrutaba de luchar y asesinar -Dijo Eve a
Frostmist, ambos se encontraban en el techo del casino observando también.
- Al principio creí que sería divertido... Pero en realidad
es aburrido, los Mobians son demasiado débiles, ni en grupos grandes pueden por
lo menos hacernos un rasguño, así no tiene caso para mí. -Respondió, de ahí ya
ambos no dijeron nada y pusieron su total atención a la bestia quien se detuvo
frente a los oficiales.
-... ¿Qué clase de Monstruo eres? -El oficial líder, quien se
encontraba aún con vida a pesar de sus heridas, preguntó.-... Realmente, eso es
algo que quisiera saber. -Respondió la bestia con una voz gruesa.
Antes de que pudiera responder, el oficial recibió un golpe en el
pecho que lo lanzó con fuerza hasta chocar contra una patrulla, causando que
perdiera el conocimiento al instante.
Los oficiales supervivientes cayeron en pánico. La bestia se
preparaba para dar otro golpe pero se podía sentir algo en el brazo, lo alzó
por unos momentos. Los oficiales en pánico querían correr, pero sólo miraban el
brazo, sintiendo como energía emanaba del brazo mientras sus tatuajes palpitaba
en un tono púrpura. Ya listo, procedió a lanzar el golpe contra los oficiales
quienes seguían helados por el pánico.
Pero el golpe fue bloqueado, dos enormes alas blancas se pusieron
en medio del golpe, el cual en realidad sólo cargo energía para lanzar una
ráfaga.
- Ahora aquí es donde empieza la verdadera función... -Dijo
Kiohoro quien se acercaba junto con Luna y Nevan hacia Frostmist e Eve.
- Es una lástima dejarle lo realmente divertido a él...
- Frostmist dijo mientras observaba el humo dispersarse, dejando
ver mejor al que bloqueó el ataque; era un Ángel.
- Ha estado dormido por siglos, y su poder igual,
probablemente ya no sea tan poderoso por esto, además, los Ángeles han mejorado
sus habilidades con los años... Si gana, entonces aún nos puede servir, si
pierde, es obvio, sólo nos fue una basura que nos hizo perder el tiempo. -Cerró
la conversación Eve, sólo se dedicaron a observar.
- Un Ángel... -La bestia observó detenidamente al Ángel
frente a él.- ¿Te mandaron a ti solo?... -No hubo respuesta. Se percató que
detrás de él había otro dos más, quienes se impulsaron a atacar con espadas. Se
volteó de inmediato, de nuevo sus tatuajes brillaron y el filo de cada espada
chocó contra sus brazos sin hacerles algún corte.
- ¿Eso es lo mejor que pudieron idear? -Les preguntó a ambos,
antes de que respondieran ejerció fuerza sobre sus espadas empujándolos
mientras trataban de mantenerse firmes arrastrando el suelo, los dos dieron un
salto rápido pasando por arriba de él, reuniéndose con su otro compañero. Los
tres se prepararon de nuevo y comenzaron a sincronizarse en sus ataques con
fuerza y velocidad. La bestia usó sus brazos para bloquear al mismo ritmo que
ellos cada ataque.
-... Interesante, al parecer todas sus habilidades vienen de sus
tatuajes, ya que con ellos está haciendo sus brazos lo suficiente resistentes
para aguantar cada golpe. -Kiohoro dijo observando el resto la lucha, la cual
se estaba volviendo más intensa. Los ataques directos eran inútiles. Tomaron su
distancia, para tratar de hacer otra estrategia, uno se fue por la derecha y
otra por la izquierda al mismo tiempo atacando para obligarlo a bloquear con
ambos brazos al mismo tiempo que el tercero preparó el filo de su espada para
apuñalarlo de frente. Pero la bestia no bajó la guardia. Antes de que lograra
apuñalarlo, sujetó con sus manos cada espada y los hizo chocar contra el del
medio forzándolos a soltar sus armas.
- ¡Ugh! -Se quejó cada uno por el golpe.
- Mira, sí hablan, ya pensé que eran de los calladitos. -Les dijo
enterrando en el suelo cada una de sus espadas.
- Debía suponer que esto no iba a ser fácil...- Dijo uno de los
Ángeles poniéndose en el medio de sus compañeros.
- Claro que no lo iba a ser estúpidos, ¿Acaso los arcángeles
ya perdieron la cabeza para dejar que simples debiluchos me enfrenten? ¿O
es que tienen miedo de volver a verme?- Les pregunto burlonamente.
- Diría que no desean perder más su tiempo en derrotar dos
veces al mismo sujeto. -Le respondió el mismo burlándose también, y los otros
ángeles respondieron con una risa. Esto lo hizo irritar por lo que se
lanzó directo a golpear con fuerza y velocidad superior a las que tenía hace un
rato sin dejarlos poder defenderse o contraatacar.
- ¿¡Dónde quedó su risa ahora eh!? -Gritó mientras golpeaba a cada
uno hasta derribarlos, cada que trataban de levantarse a contraatacar eran
derribados de nuevo por sus golpes.
-... Esperaba algo mucho mejor, no pudieron seguir su ritmo. -Dijo
Frostmist mientras la bestia remataba a cada uno.
- Entonces significa que nos sirve. -Dijo Eve, notándose malicia
en su voz.
La bestia había terminado con los Ángeles quienes no se
levantaron.
-... Estúpidos, sabían perfectamente que esto no me iba a detener,
¿En qué estaban pensando? ¿Sacrificar a sus aliados como muñecos? -Dijo
observando los cuerpos de los caídos. Volteó hacia donde los oficiales se
encontraban, pero ya habían escapado desde hace un buen rato.
-... Impresionante. -Dijeron los cinco para llamar su atención, de
un salto bajaron del techo del casino.
-... Ustedes, ¿Fueron los
que me liberaron, no es así? Los vi cuando salí. -Habló, dirigiendo su atención
hacia ellos.
- Por supuesto, se podría decir que está en deuda con
nosotros. -Eve le respondió mientras se detenían frente a él.
- ¿En deuda? ¿Con ustedes?... No me hagas reír. Sólo sentenciaron
sus propias muertes también. -Dicho esto se preparó con sus tatuajes brillando
nuevamente.
- ¿Enserio? ¿Qué harás? ¿Matarnos y después qué? ¿Eso es
todo?... ¿Qué motivos tienes siquiera para matar? ¿Qué es lo que te motiva, y
que harás después? ¿Matar y matar, en un simple ciclo sin fin? -Le dijo
captando su total atención, ya no tenía intenciones de atacar pero no bajó la
guardia.
- Cuando fui creado, querían tratarme como un simple esclavo que
hace lo que sus dueños no son capaces de hacer, alimentando sus deseos
egoístas. Lo único que tenía en mente, era matar. -Le respondió.
- Pero terminaste matándolos a ellos... Tuviste mente propia,
¿Por qué no mejor alimentar tus propios deseos? ¿No has pensado en usar todo
ese potencial para ti mismo? Te liberamos para ofrecerte un trato. Trabaja con
nosotros en el infierno, no tienes que obedecernos, tienes sólo que ayudarnos,
encontrarás una verdadera motivación para tu potencial. -Dijo en un intento de
convencerlo, parecía tener efecto, lo pensaba mejor, y era cierto, podía hacer
más que sólo matar.
- Lucifer estará encantado de complacer todo lo que quieras, si
nos ayudas, claro está. Incluso reencontrarte con los Arcángeles que te
encerraron. -Dicho esto, lo dejó de pensar, sonrió sin dudar más.
- Me parece bien... -Respondió afirmando ya su alianza.
Cada uno sonrió con satisfacción, todos sus planes estaban
saliendo adecuadamente. Un portal se abrió frente a ellos, cada uno entró.
Cuando entraron todos se cerró de inmediato, dejando aquella zona totalmente
destruida por la lucha, con cuerpos de oficiales, patrullas destruidas, y
algunos escombros de la puerta y pared del casino. - ...N-Nghh… Mi
cabeza... -Se levantó Frank quien estaba inconsciente todo este tiempo. Su
mirada estaba perdida tratando de comprender lo que paso antes de caer
noqueado. Notó que todo su casino estaba destruido y se mantuvo en silencio por
unos segundos hasta que finalmente grito aterrado.
-¡¡MI CASINOOOOOOOOOOOO!!
-To be Continued.
valla me facina mucho tu historia
ResponderBorrarPrimer capitulo leido X'D
ResponderBorrarEs mucho x-x
Mi cerebro no puede sacar una conclusion de esto si sigo leyendo ._.